Cuando hablamos de violencia escolar señalamos una serie de conductas del ser humano en un entorno en particular. Entenderlo de este modo favorece al momento de formular una interpretación lo más cercana a la realidad y para lograrlo, es necesario enfocarnos en la conducta humana ya que es: medible, prevenible y algunas veces visible.
La violencia escolar en algunas ocasiones se expresa de forma similar y en determinadas ocasiones no, esto se debe a que existen muchas variables en torno a la conducta de la persona, tales como edad, población, entorno, conductas de consumo, etc. no obstante, comparten espacios en donde pueden aprender la violencia como podrían ser los medios masivos de comunicación, espacios comunitarios violentos y contenido digital en particular que proponen comportamientos socialmente cuestionables.
Si bien es cierto se ha logrado tipificar algunas de las conductas violentas presentes en las escuelas, debemos de tener presentes que la raíz del conflicto es la parte sensible a diagnosticar cuando se busca tener alguna acción que aborde el fondo de todo, no obstante para lograr entenderlo es indispensable tener registro de los hechos violentos ocurridos, de esta forma se hará visible la acción y sus características.
La prevención de violencia escolar debe ser acorde a la población que vive en esa comunidad.
